USO aboga por la revisión de la jornada completa, más adaptada a la realidad del mercado
El paro en España duplica la media Europea
El 61 % de los nuevos contratos indefinidos son parciales o fijos discontinuos
Los datos del paro en España continúan mejorando y ya se acercan a las cifras anteriores a la crisis financiera (en cifras absolutas), con 2.677.874 personas en situación de desempleo. Son 10.968 menos que el mes pasado, y casi 251.000 más que el mejor mes de julio registrado, que fue en 2008.
Sin embargo, a pesar de los datos aparentemente positivos, España sigue liderando y duplicando el paro en la UE, con un 11,7 % de tasa, frente al 5,9 % comunitario, y con un 27,4 % de paro juvenil que duplica la media comunitaria (14,1 %).
Desde USO-Illes Balears se insiste en que es necesario realizar un análisis detallado de estos datos, para no quedarse en la superficie ya que, “gran parte de la contratación indefinida que se ha realizado este mes, es trabajo precario, con nada menos que un 61 % de los contratos indefinidos que son de jornadas parciales o discontinuas, lo que supone un mercado laboral aún inestable y precario”,
argumenta el secretario general de USO-Illes Balears, Juan Antonio Salamanca.
“Si tenemos sólo en cuenta las cifras absolutas del desempleo, perderíamos de vista la verdadera realidad de la población trabajadora que está cubriendo esos puestos de trabajo, con salarios bajos, directamente proporcionales al tipo de jornada, que no permiten vivir ni desarrollar un proyecto vital a medio o largo plazo”, señala Salamanca.
Desde USO, se hace un llamamiento a la revisión de la jornada completa, ya que “creemos que lo que está cambiando son las horas necesarias, reales, para desarrollar las diferentes actividades para producir lo mismo, por lo que existe la necesidad de que se repartan en una jornada completa inferior en horas, pero no en salario”, concluye el secretario general de USO-Illes Balears.
La jornada laboral ha ido evolucionando a lo largo del tiempo…hasta finales del siglo XIX se realizaban jornadas de 14 o 16 horas de trabajo diarias los 7 días de la semana. Más tarde, en el siglo XX, se redujo la jornada completa a las 48-40 horas semanales, aunque en algunos países aún se realizan jornadas superiores, y en el siglo XXI, creemos que es tiempo ya de hablar de una jornada laboral que tenga en cuenta la productividad, la redistribución del trabajo y la vida de las personas.