El paro bajó en Baleares, pero 32.000 personas ocupadas buscan un empleo mejor
El paro bajó en Baleares, pero los ocupados que buscan otro trabajo superan a los parados: resumen de la mala calidad del empleo en las islas
Casi 32.000 personas con empleo buscan otra ocupación en Baleares. Por ello, hay 66.118 demandantes de empleo en total, frente a los 26.626 parados.
“Esto nos da una idea de la mala calidad del empleo que tenemos, con más del doble de personas buscando empleo que los que de verdad están considerados como parados”, reflexiona Marga Munar, secretaria general de USO-Illes Balears.
Líderes de paro juvenil
El paro registrado bajó en las islas en 2.230 personas al terminar abril. Pero su composición también manda otra alerta: “nuestra juventud es la que menos futuro tiene en todo el país. Somos la única comunidad autónoma donde los parados menores de 25 años suponen más del 10 % del total. En concreto, el 10,51 % de nuestros parados son jóvenes. Es muy curioso que se hable de que el turismo y el empleo estacional son un nicho de empleo joven y, al mismo tiempo, seamos líderes en paro juvenil”, lamenta Munar.
Para la secretaria general de USO-Illes Balears la lectura es clara: “el empleo que antes era de iniciación al mercado laboral es hoy la única alternativa para miles de trabajadores adultos. Y estos, con más experiencia, desplazan a los jóvenes, que no tienen ni siquiera la alternativa del empleo precario para trabajar”.
Mucha contratación indefinida... pero discontinua
El dato positivo, al menos en apariencia, es el de la contratación indefinida. Prácticamente el 80 % de los contratos lo fueron. En concreto, el 79,43 %.
“Dato positivo en apariencia, sí. Porque recordemos que, dentro de la contratación indefinida, están incluidos los fijos discontinuos. Y Baleares es la reina de los fijos discontinuos. Si el empleo indefinido en realidad lo fuera, ¿habría 32.000 personas con empleo buscando uno mejor? Nuestro modelo productivo está agotado, tensionado por todos lados. Es una bomba de relojería que acabará por estallar de la peor manera: expulsando a la población, sin trabajo y sin vivienda”, denuncia Marga Munar.