EL PARO REGISTRADO DE ABRIL HUNDE LES ILLES BALEARS

Una vez analizadas las estadísticas del Paro Registrado facilitadas hoy por el SEPE, podemos confirmar lo que desde hace semanas temíamos: Illes Balears lidera las subidas porcentuales de estos datos a nivel intermensual e interanual en abril.

Hablamos de 9.773 personas paradas más que en el mes de marzo, y 27.812 más que hace un año, lo que se traduce en una subida del 62,1% de desempleo con respecto a abril de 2019. Así, el número de personas desempleadas actualmente en nuestra región es de 72.542 (un 15,6% más que en marzo), lo que también es récord nacional intermensual. Por último, y en cuanto a la afiliación a la Seguridad Social, 141.614 personas están en situación de ERTE, es decir, casi una tercera parte (30,7%) del total (460.850 personas afiliadas).

Resulta obvio que las consecuencias de la crisis provocada por la COVID-19 han sido devastadoras en todo el país (como a continuación veremos), pero en USO Illes Balears insistimos un mes más en que, además de las prácticas empresariales o políticas que venimos denunciando a diario, la actual situación debe suponer un antes y un después a la hora de plantear dos premisas fundamentales: 1) los derechos de las personas trabajadoras deben estar mucho mejor apuntalados y protegidos, para así poder encarar graves circunstancias (incluso imprevistas, como la que estos días nos ocupa) de manera que la clase obrera (motor del país) no quede arrasada, como desgraciadamente estamos viendo; 2) ¿cuándo entenderemos en este país y particularmente en Illes Balears que no podemos depender de una forma tan brutal y casi exclusiva del sector turístico?

Debacle también a nivel nacional

En cuanto a los registros estatales, el paro vuelve a acercarse a los 4 millones y sufre una subida interanual sin precedentes del 21,1%. Un mes, abril, en el que el año pasado se dio el grueso de las contrataciones de Semana Santa y en el que este año “no se ha creado ese empleo turístico por razones obvias, pero tampoco se ha parado la sangría de despidos y finalizaciones de contratos. No todas las personas han quedado protegidas por las medidas y eso se refleja en que casi 600.000 trabajadores se han ido al paro entre marzo y abril”, reprocha Joaquín Pérez, secretario general de USO.

Un mes más, vuelve a ser mayor el incremento en el paro masculino que en el femenino, “por haber pervivido los empleos de cuidados y servicios, justamente el empleo más castigado por la precariedad. Algo que también se nota en la temporalidad: se ha seguido contratando en abril, aunque ha caído notablemente el ritmo, pero más del 91% de esos contratos han sido temporales. La alta rotación y poca estabilidad en nuestros servicios básicos, como la Sanidad, obliga a replantearse el modelo de estado del bienestar en el que vivimos. Es inconcebible que los garantes de nuestra salud, a quienes la población sigue honrando cada tarde, estén de nuevo a la cola del paro”, critica Pérez.

La crisis evidencia la necesidad de “cambio de normalidad”

“Poco a poco la actividad está empezando a volver a la normalidad. La llaman nueva normalidad, y efectivamente para eso tiene que servir este mazazo que hemos recibido como sociedad: para darnos cuenta de que lo que percibíamos como normalidad tampoco lo era. Tener un 14% estructural de paro y los jóvenes europeos con menos futuro no era normal. La crisis ha evidenciado nuestras principales carencias, que pasan por la investigación y por una reindustrialización que nos permita abastecernos y abastecer a otros países: el motor de la recuperación pasa por favorecer la actividad y el emprendimiento en esos sectores”, augura el secretario general de USO.

Por todo ello, Joaquín Pérez apura a que “el Gobierno debe reaccionar ya. Mientras se destruye empleo a un ritmo incesante y se cierran miles de empresas, con unas previsiones económicas tan poco halagüeñas debe dibujarse ya un gran acuerdo por el empleo y la recuperación económica con el trabajo en el centro”.