La seguridad laboral no puede esperar: cinco fallecidos en Baleares hasta agosto

Durante los ocho primeros meses de 2025, Baleares ha registrado un total de 15.167 accidentes laborales con baja en jornada de trabajo, de los cuales 5 fueron mortales. A pesar de que la tendencia estatal muestra un leve descenso del 2,2 % en la siniestralidad —con 403.717 accidentes con baja frente a los 412.735 del año anterior—, las cifras en las islas siguen reflejando una realidad preocupante: cada víctima mortal evidencia que la prevención continúa sin ocupar el lugar que merece en las empresas.
En cuanto a los accidentes in itinere, Baleares suma 2.486 casos en lo que va de año. A nivel estatal, el número de accidentes mortales se mantiene prácticamente igual que en 2024 —489 frente a 498—, una diferencia mínima que no puede considerarse un avance real.

El sector servicios, nuevamente el más afectado

Una vez más, el sector servicios concentra la mayor parte de los siniestros en las islas, con 10.772 accidentes con baja en jornada, seguido de la construcción (2.912) y la industria (1.305). Este reparto evidencia la vulnerabilidad de los sectores más expuestos a la temporalidad, la carga de trabajo y la falta de formación preventiva. Desde USO-Illes Balears recordamos que la precariedad y los ritmos intensos, especialmente en temporada alta, siguen siendo un caldo de cultivo para los accidentes laborales.

Los trabajadores de entre 40 y 55 años, los más perjudicados

A nivel estatal, las personas de entre 40 y 55 años son las más afectadas por la siniestralidad laboral, con 144.416 accidentes en jornada y 20.393 in itinere, lo que suma un total de 164.809 siniestros. La experiencia, una vez más, no protege del riesgo cuando las condiciones laborales no lo hacen. Se trata de una franja de edad que asume mayores responsabilidades y jornadas más largas, lo que incrementa el desgaste físico y mental.

Urge reforzar la prevención y las inspecciones

Desde USO-Illes Balears advertimos de que no se puede hablar de mejora mientras sigan perdiéndose vidas en el trabajo. Cada accidente refleja un fallo en el sistema de prevención y una falta de compromiso tanto empresarial como institucional.

Reducir la siniestralidad no puede depender de ligeros descensos porcentuales: la prioridad debe ser que ningún trabajador ni trabajadora pierda la vida por ir a trabajar.