Vivienda y hostelería disparan el IPC en Baleares hasta el 3,2 %

El IPC en Baleares se mantiene en el 3,2 % en agosto, con la vivienda y la hostelería tirando de los precios

El IPC anual de Baleares cerró agosto con una subida del 3,2 %, una décima por encima de la media estatal. En lo que va de 2025, el aumento acumulado alcanza el 3 %, mientras que la variación mensual se situó en un leve +0,1 %.

Aunque el crecimiento parece moderado, los datos esconden un fuerte impacto en los gastos básicos que más condicionan el día a día en las islas.

Vivienda y servicios básicos, los que más ahogan

La mayor presión inflacionaria en Baleares proviene de la vivienda, la electricidad, el agua y los combustibles, con un +5,8 % interanual. A esto se suma la hostelería (+4,8 %) y los alimentos (+2,8 %).

“Estos incrementos no son anecdóticos: afectan directamente a necesidades vitales. Hablamos de techo, energía y alimentación. Tres factores que en Baleares no dejan de subir, mientras los salarios van por detrás”, denunciamos desde USO-Illes Balears.

Desfase entre precios y salarios

En nuestra comunidad, los salarios pactados en convenio apenas compensan el encarecimiento real de la vida. Mientras los alimentos acumulan subidas constantes desde 2021 y la factura de la vivienda se dispara, la mejora salarial en el mismo periodo apenas roza los dos dígitos.

Cada mes, las familias trabajadoras pierden poder adquisitivo. El turismo genera cifras récord y las empresas muestran beneficios históricos, pero esa riqueza no llega a los bolsillos de quienes sostienen la economía balear.

Subir salarios y contener los precios esenciales

Desde USO-Illes Balears insistimos en que la solución pasa por:

  • Incrementar los salarios reales y el SMI,30
  • Reducir la jornada laboral sin pérdida de salario,
  • Y frenar la especulación con vivienda y energía, que son los grandes motores de la inflación balear.

“No es un problema coyuntural, es estructural. Si los precios básicos suben a este ritmo y los sueldos no acompañan, el empobrecimiento de la clase trabajadora se convierte en crónico. No hablamos de cifras: hablamos de vidas que se encarecen mes a mes”, concluimos desde USO-Illes Balears.